Apple y la diferenciación de producto

Hace poco pudimos escuchar las palabras de Joichi Ito, que decía que el mundo abierto superaría finalmente el sistema cerrado de Apple, crítica que, si bien no es nueva, está cada vez más a la orden del día. Y uno, que se ha pegado toda la vida entre macs y manzanas mordidas varias, se pregunta si es posible que las palabras del japonés hayan dado en una posible diana.

Lo primero que tendríamos que preguntarnos es, ¿es cerrado el sistema de Apple?

Yo no tengo ni idea de informática, ni de programación, pues mi punto de vista es únicamente económico y social. Pero cuando hablamos de sistema “cerrado”, debemos preguntarnos antes que nada, ¿cerrado para quién?

Y aquí hay un matiz que todos los que escribimos en blogs, y nos manejamos, aunque sea un poquillo, por este mundo tecnológico, debemos tener en cuenta: No todos son como nosotros. Debemos aplicar la regla del 20/80.

Y es que, si bien todos los que discuten sobre sistemas abiertos y cerrados podrían asimilarse el 20% de la población, son estos quienes generan el 80% del contenido del debate, por estar más presentes (en internet sobre todo) y lo desvirtúan. Mientras que el 80% de la población (que, en proporción son el 80% de iPads, iPods, iMacs… ventas al fin y al cabo) posiblemente no sepan ni lo que es un sistema abierto / cerrado (hasta yo a veces dudo).

De hecho, es este porcentaje de población el que más fácil lo quiere todo. El que está dispuesto a defenestrar opciones de personificación por la facilidad de uso, la instantaneidad y la estética. Y ahí Apple, precisamente por ser un sistema (quizás) no tan abierto, es donde gana mercado.

Apple ha tenido un recorrido en la diferenciación de su producto muy destacable, ayudado por lo que fuera el primer iPod, consiguió pasar de un sistema dedicado a profesionales a un sistema en donde los valores de una empresa se superponían con el producto. Y la diferenciación siempre es importante en el mercado, porque es ahí donde un producto puede triunfar a la larga.

Y es que el argumento, muchas veces manido y arcaico, de que Apple es un producto caro dadas sus prestaciones, tiene una respuesta clara y sencilla: ¡Es la marca, estúpido!

El contraejemplo también ha sido bastante utilizado, pero es que viene de lujo. Hay tantos coches como posibilidades tiene uno de imaginar, y si bien el gobierno no nos deja conducir a más de 120 por hora, nadie niega que el Ferrari merezca un precio mayor que un Opel Corsa. ¿Por qué? La marca.

Apple hizo el cambio en el momento en el que occidente crecía tanto económicamente como para que la gente pudiera diversificar su consumo no tanto en base al precio, sino en base a la marca y a unas prestaciones cada vez más estéticas. En un mundo, además, donde si bien internet y la informática está cada vez más presente en nuestras vidas, el 80% de la población sigue estando en las antípodas binarias.

La diferenciación tiene un pequeño problema claro, y es que limita el potencial de consumo del producto, pero dado que en un mundo tan prolífico el monopolio es algo casi imposible de conseguir, segmentarse sigue siendo la mejor opción.

Más se puede hablar sobre la presencia no infinita de Steve Jobs, que comparte los mismos “valores” que Apple y cuyo lazo (mal que nos pese) no puede durar por siempre. Pero de momento, lejos de pensar si el camino por el que discurren los avances tecnológicos es abierto o cerrado, habría que fijarse en quién lidera ese camino.

Pista: Tiene vaqueros y usa gafas.

PD: Faq-mac ha tenido a bien publicar esta entrada en su web. No se pierdan la página, para mi, la mejor web de Mac en castellano.

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